Pollo
Contiene muchas proteínas y una elevada cantidad de lisina, un aminoácido muy importante para el crecimiento. Si se elimina la piel, la carne de pollo se digiere bien, debido a que sus fibras musculares son muy tiernas.
Ternera
Magra y muy tierna, la carne de ternera es fácil de digerir y posee muchas proteínas. Respecto al pollo, contiene una mayor cantidad de hierro.
Pavo
Muy parecida a la del pollo, aunque es un poco más grasa. Posee abundantes nutrientes y se digiere bien, pero también es importante no dar al niño la piel, que es muy grasa.
Caballo
No tiene nada que envidiar a las demás carnes en cuanto a su valor nutritivo, se digiere fácilmente, es muy rica en hierro y contiene glicógeno, un tipo especial de nutriente responsable de su típico sabor algo dulzón, que la hace particularmente agradable a los niños. Se puede dar a partir de los nueve meses.
Cordero y cabrito
En este caso, debe ponerse especial atención a la hora de elegir las piezas, con el fin de evitar las más grasas. El muslo es una de las partes más idóneas.
Cerdo
Grasa e indigesta en el pasado, actualmente la carne de cerdo ha cambiado mucho, debido a los progresos alcanzados en la selección de las razas destinadas a la cría. También ha disminuido mucho su contenido en colesterol, no siendo muy distinto al presentado por la ternera, la vaca o el pollo. Se puede dar cerdo a los pequeños a partir de los diez-once meses.
Conejo
Es uno de los mejores alimentos de origen animal. Sin embargo, debe prestarse mucha atención a sus pequeños huesos, que pueden quedar entre la carne al cortarla y, en consecuencia, ser un peligro para el niño, que aún es inexperto masticando.
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