La hernia umbilical consiste en la salida de parte del contenido del intestino por alguna parte más débil de la pared abdominal.
La zona del ombligo, bastante amplia antes de nacer para que pasen las venas y arterias procedentes de la placenta al cicatrizar los restos del cordón, se cierra.
Pero, en ocasiones, queda un pequeño “ojal” por el que pueden introducirse asas intestinales.
La hernia umbilical se produce por debilidad de la pared abdominal, porque los intestinos se interponen e impiden el cierre normal. En algunos casos, por desnutrición del bebé, se le debilitan los músculos.
¿Cómo se manifiesta?
Se notará el ombligo abultado. Puede alcanzar diferente tamaño.
A veces muy pequeño, pero solo evidente cuando el bebé llora o tose.
Otras está siempre fuera y puede ser como una naranja.
La hernia umbilical no suele dolor por sí misma.
¿Qué tenemos que hacer?
Muchas de las hernias umbilicales que se detectan en los primeros meses de vida desaparecen por sí solas.
Si el orificio de la hernia es pequeño (menor de 1 cm.) se puede poner un esparadrapo, que sujete los bordes, para que no se vuelvan a salir los intestinos y los músculos se puedan cerrar.
Conviene que lo consulten con el pediatra.
Si el bebé llora cuando tiene el esparadrapo, quítenselo.
En general se operan las hernias umbilicales de mayor tamaño, o las que están por encima del ombligo ( “ad-umbilicales”)
¿Se puede complicar?
No es habitual. Si la hernia se adentra a menudo, habrá que recurrir al cirujano.
Es raro que las hernias umbilicales se estrangulen.
Fuente: http://www.elbebe.com/index.php/es/salud/enfermedades-bebes/la-hernia-umbilical
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