Una indigestión o el hecho de tener el estómago demasiado lleno pueden causar la comprensión del diafragma y, como consecuencia, el hipo del bebé. Por el mismo motivo, el hipo se manifiesta, sobre todo, si se beben demasiadas bebidas gaseosas. Es frecuente, especialmente, en los primeros meses de vida del bebé, puesto que, en el lactante, el cardias, la válvula que comunica el esófago con el estómago, aún no se ha desarrollado por completo y, por lo tanto, no se cierra perfectamente. El hipo también puede aparecer después de una crisis de llanto, después de una regurgitación o cuando el niño come demasiado rápido: en todas estas situaciones, el niño traga mucho aire y esto es lo que provoca el hipo.
En el caso de que se trate de un lactante, para hacer cesar el hipo, se le pueden ofrecer algunas cucharadas de agua, ponerle al pecho durante algunos segundos o darle el biberón. Si el niño es más mayorcito, además de los remedios indicados para los lactantes, se pueden obtener resultados pellizcando fuertemente la punta del meñique del niño o bien se le puede ofrecer una cucharada de miel o de azúcar, repitiendo el intento tres veces, con intervalos de dos minutos entre uno y otro, si el primero no funcionase.
Lo que nunca hay que hacer para aliviar el hipo es tapar la nariz al niño para obligarle a retener la respiración: en muchos casos, sólo se obtiene que el niño llore desconsoladamente.
Cuándo dirigirse al pediatra
Se puede consultar al pediatra en los siguientes casos:
- Si el hipo dura más de tres horas: el tiempo necesario para que el estómago se vacíe.
- Si el niño está sufriendo: llora, está inquieto y tiene fiebre.
Fuente: http://www.mibebeyyo.com/ninos/enfermedades-nino/aliviar-hipo-bebe-1851
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